martes, 13 de mayo de 2014

Peña Michu y Cuerno Llamas. Travesía entre el Puerto San Lorenzo y Vixidel

Cordal de la Mesa, asiento del conocido “Camin Real”, mirador alterno hacia Somiedo y Teverga, ¿cuántos pueblos y arrieros falderon sus dos cumbres señeras: Peña Negra y Peña Michu? Otra montaña, el Cuerno Llamas o Sobrepalacios, de menor entidad, nos llevará a pasar por algunas brañas teverganas y lugares recónditos de naturaleza exuberante, por el nacimiento del río Bayo, por hayedos de tiernas hojas primaverales,… Todo esto y más completará esta hermosa ruta.

Datos de la ruta
Salida y llegada: Entre el Puerto de San Lorenzo y Vixidel (en el concejo de Teverga) 
Distancia: 17,3 km 
Perfil de la ruta

Duración: 6:00 h (sin contar paradas) 
Subidas acumuladas: 760 m 
Bajadas acumuladas: 1400 m
Altura Inicial: 1348 m 
Altura Final: 720 m
Altura máxima: 1765 m 
Fecha de realización: 10/V/2014

Dificultad: media
Track de la ruta



Nota: en el libro “Recorriendo las montañas de Asturias II” describimos la subida a las peñas Michu y Negra partiendo de Braña Tuiza. Recomendábamos recorrer la alargada cresta del Michu para disfrutar simultáneamente de la belleza adicional de los paisajes de Terverga y Somiedo. Entonces no incluimos este tramo de cresta para no alargar demasiado la ruta, pero ahora, al no subir a Peña Negra, la añadimos.

Desde el pto S. Lorenzo hasta Chamaraxil


Entre Chamaraxil y Vixidel

La ruta comienza en el Puerto de San Lorenzo (1348) a caballo entre los concejos de Teverga y Somiedo. Llegamos aquí circulando 7 km por la carretera que sale de San Martín de Teverga y finaliza en La Riera (Somiedo). En lo alto del puerto hay un buen aparcamiento para dar servicio a los senderistas que realizan algún tramo del “Camino Real de la Mesa”. Un panel explicativo informa sobre la ruta, su perfil y los nombres de las montañas que faldea. La nuestra finalizará en Vixidel (Teverga), aldea situada a 1 km de la carretera de subida al citado puerto.

Cresta de Peña Michu. Peña Negra, al fondo.

Día primaveral de sol radiante hasta las 3 de la tarde. Después, algunas nubes fueron cubriendo las montañas y bajando a los valles a medida que avanzaba la tarde. Siguiendo las marcas del “Camín Real de la Mesa” (GR 101), comenzamos la ruta dirigiéndonos al sur por la pista, hormigonada en los tramos de mayor pendiente, que sube por la ladera septentrional del pico El Cuervo. Vamos dejando a los lados las praderías de altura donde mansamente pastan las vacas;  Praderías de la Chuenga, Braña la Raíz, La Guardia, son los nombre que reciben. Cuando la cuesta da paso al llano, aparece el bosque y bajo su manto, caminamos entre abedules, hayas, espinos y acebos hasta desembocar en el puerto de Piedraxueves (1541 m), donde hubo venta de arrieros. Hoy son cabañas de uso ganadero que dan servicio a los ricos pastos del Chanu Michu; extensa pradera de unos dos kilómetros de longitud, resguardada de los húmedos y fríos vientos de poniente por la gran cresta del Michu, que termina en el Xuegu la Bola. El topónimo de Piedraxueves, probablemente de origen romano, proviene de la existencia, en algún lugar de esta gran planicie, de un ara en honor a Júpiter.


Al llegar a la arista norte del Michu tenemos estas vistas hacia Somiedo: Sierra del Tarambicu (izda) y Monte Grande en su falda, por detrás la Sierra de Chagüezos (Peña Chana). A la derecha vemos el comienzo de la Sierra Palombera y por detrás los Picos La Franca y Peña Salgada.

Continuación de la panorámica anterior. Cercana vemos La Palombera y al fondo los picos Cornón, Cogollo Cebolléo, etc.
 
Sin embargo, no es nuestra intención recorrer la pradera. Pretendemos, sin embargo, tener buenas vistas sobre el valle de Saliencia y las grandes montañas de Somiedo. Por eso, abandonamos el “camín real”  dirigiéndonos al oeste, hacia la senda que rodea en subida la cara norte del Michu. Superada una alambrada, llegamos a un collado (1634 m) desde donde ya divisamos estas grandes cimas (Albos, Peña Orniz, Peña Chana, Cornón, Cogollo Cebolléo, etc.) quedando a nuestros pies el hermoso valle de Saliencia. La senda desciende hacia las brañas que pertenecen a la aldea de Villarín (La Cueva, La Cogocha, Suerdius, Siechas). También había camino para llegar a la braña de La Felguera, pero parece abandonado e invadido por la maleza. Nuestra intención tampoco es bajar a las brañas sino recorrer la extensa cresta. Abandonamos la senda para acomodarnos al lomo de la montaña buscando la parte más alta. Avanzamos un kilómetro sin dificultad por su filo disfrutando de las vistas hacia poniente (Somiedo) y oriente (Teverga) hasta alcanzar el punto más alto (1765 m) coronado por un vértice geodésico y un buzón de montaña oxidado. 

Llegando a la cima de la Peña Michu.
 
Seguimos la línea cumbrera hasta el último montículo (1756 m), donde la cresta rocosa se precipita sobre la hermosa foz de la Güérgola de Arbeyales que describimos en otra entrada. Las vistas desde este punto sobre el valle de Saliencia y sus brañas (La Corra, Murias, Morteras de Ordiales y Saliencia) son inmejorables. En el valle vemos las aldeas de Endriga y Saliencia y, al fondo, el puerto de La Farrapona.


Desde el extremo sur de la Peña Michu tenemos esta vista de Peña Negra (izda), Brañas de Saliencia en el centro y el Valle de Saliencia (dcha) terminando sobre la Sierra de los Bígaros. Muy al fondo vemos la silueta de Las Ubiñas.

Retrocedemos unos paso para descender al collado de Xuego la Bola (1623 m) donde reencontramos los miliarios del “camin”, algunos caídos. No está claro si el derribo se puede atribuir al ganado que pasta en estos lugares o a la mala intención de personas desaprensivas. Sigue el citado camino hacia la hermosa braña La Corra que esta vez no visitamos por falta de tiempo, mientras que el nuestro retrocede siguiendo la pista en descenso hacia el nacimiento del río Bayo, al norte. Antes de bajar hasta su cauce, abandonamos el ancho camino para seguir hacia el naciente por una senda que se adentra en el bosque. Primero entre escobas, después entre hayas y robles, pero siempre en paralelo y por la margen derecha del río. Al poco de cruzarlo, encontramos un gran roblón del que cuelgan largas barbas de líquenes dando fe de la pureza de estos lugares (los líquenes son muy sensibles a la contaminación ambiental y se usan como termómetros cualitativos para detectarla).

Cruzando el Río o Arroyo Bayo.

Gran roble en el camino a Chamaraxil.

Al poco, salimos del bosque y continuamos faldeando el pico El Cuervo por su ladera meridional hasta descender a la braña Chamaraxil (1310 m) con un teito en magnífico estado de conservación y varias cabañas bien cuidadas. El paraje incita a la calma y al sosiego: las praderas que descienden hasta el río, su rumor, el hayedo al otro lado; este ambiente pastoril y bucólico le traen a uno el recuerdo de aquellas “Serranillas” Marqués de Santillana, leídas allá por el Bachillerato. Es hora de descansar y reponer fuerzas.

Llegando a la Braña de Chamaraxil. Al fondo a la izda vemos el Pico Cuerno Llamas o Sobrepalacios y en el centro el Pico Vaxinas.

Continuamos la ruta bajando hasta el río Bayo, que cruzamos de nuevo. Una senda en llano nos permite rodear por el norte la ladera boscosa del pico Troncéu (en un hombro de Peña Negra). Cruzamos dos arroyos, Vallina Armada y Regato las Matiellas, para situarnos en la base de nuestro siguiente objetivo: el Cuerno Llamas. Por la ladera herbosa subimos sin prisa pero sin pausa hacia la Collá las Mulas situada a su derecha. Antes de llegar al collado, viramos ligeramente a la izquierda para acometer la corta pero dura subida al pico. En la cima (1428 m) se nos abren vistas hacia los montes de Teverga: el este, cerrando el valle, Lavandera o Vaxinas, que continúa hacia el sur hasta el Alto de Cugurueza y Peña Negra; el pico El Cuervo a poniente da paso al Puerto de San Lorenzo y al pico Mirandiella con sus antenas. La Peña Troméu está al norte, a tiro de piedra.

Cuernu Llamas y Collá las Mulas.

Al otro lado del Río Bayo vemos la Peña Troméu. A la izda está el arranque de la Peña Cuernu Llamas.

Cima del Cuenu Llamas.

Pico Vaxinas desde la cima del Cuernu Llamas.

Braña de la Revechá desde el Cuernu Llamas.

Descendemos por la ladera sur hasta la herbosa Collá las Mulas (1352 m). Desde aquí podríamos bajar directamente a la braña La Revechá por la ladera este. Sin embargo, continuamos hacia el sur para ascender a la cercana colina La Covona (1394 m), virando después al este para descender por su cresta invadida por el brezo. Al llegar a un pequeño claro, dejamos la arista para descender por un sendero que va hacia el norte y gira, más abajo al este, hasta llegar a la braña La Revechá.

Bajando del Cuernu Llamas.

Llegando a la Braña la Revechá.

Tiene cabañas en uso, de piedra tallada y buen estado de conservación: puerta dintelada, ventanuco al lado y cubierta de teja a dos aguas. De aquí sale hacia el norte el camino ancho que nos va a permitir bajar a Tablaos en el valle Cuanmonde. El antiguo camino, casi impracticable, baja directo a Tablaos por la canal que sale al lado de las cabañas más bajas y se dirige al noreste. Nosotros continuamos por el primero, sumergiéndonos en el espectacular bosque poblado de viejas y retorcidas hayas que se entremezclan con las más jóvenes que lo revitalizan. Algunos espinos en flor contrastan sus blancos pétalos con el verdeclaro primaveral de las hojas de las hayas.

Por el hayedo, hacia Vixidel.

Después de cuatro revueltas, alcanzamos el nivel del río Valle de Cuanmonde, continuando definitivamente hacia el norte por su orilla. Al principio caminamos por su margen izquierdo hasta una portilla al lado de un puente de madera que nos permite cruzarlo al lado de la cabaña Tablaos. Enseguida lo descruza por otro más pequeño, continuando por este lado izquierdo hasta cerca de Vixidel, donde nos traslada definitivamente a la margen derecha. El hayedo ha dado paso al bosque de ribera: los alisos, fresnos y espinos se entremezclan manteniendo a cobijo a los caminantes hasta la misma entrada en Vixidel.

 Lorenzo Sánchez Velázquez




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